En las Guerras si los Niños y Niñas mueren; muere la Esperanza.

Las guerras de Rusia y Ucrania; la de Israel y Hamas está teniendo un impacto devastador sobre la salud mental y el bienestar de la infancia. Se calcula que 2,5 millones de niñas y niños corren el riesgo de sufrir depresión, ansiedad, trastornos de estrés postraumático y otros problemas mentales, con posibles efectos y consecuencias a largo plazo.

El acceso de los niños, las niñas y las familias a los servicios básicos ha quedado enormemente perjudicado. Se calcula que los bombardeos y los ataques aéreos han dañado o destruido más de 800 centros de salud. Además, estos ataques están matando y causando heridas graves a los pacientes —entre los que se cuentan niños y niñas— y al personal médico, y están limitando el acceso a los servicios de salud por parte de la población.

“Los niños y las niñas necesitan el final de las guerras y una paz duradera para recobrar su infancia perdida, volver a la normalidad y empezar a sanar y a recuperarse”,